¿Pueden darse en Chile casos como Kodak o WeWork?

Por Luis Hernán Paúl Fresno

Director Centro de Gobierno Corporativo UC 

Agosto 28, 2025

En las últimas décadas hemos visto la caída de empresas que parecían invencibles: Blockbuster, Kodak, Xerox, Blackberry, Yahoo, WeWork, Sears, Borders y AOL. ¿Qué pasó que no vieron venir su declive?

No fueron grandes fraudes ni incumplimientos regulatorios. En la mayoría de los casos, se trató de errores estratégicos y de gestión cometidos por ejecutivos y directorios.

La buena noticia: de esos errores se pueden sacar lecciones.

4 errores frecuentes que hundieron a gigantes

  1. Ignorar una innovación disruptiva: Kodak subestimó la cámara digital; Blackberry la pantalla táctil. Según Harvard Business Review (2023), el 70 % de las empresas que pierden relevancia tecnológica lo hacen por resistirse a transformar su core.
  2. Aferrarse al negocio actual: Blockbuster no reaccionó al streaming; Borders tardó demasiado en adaptarse al e-commerce. McKinsey & Company (2024) advierte que el 80 % del valor en las industrias de consumo hoy se juega en nuevos modelos digitales y omnicanales.
  3. Crecimiento mal gestionado: Yahoo y AOL apostaron por adquisiciones que no generaron valor y diluyeron el foco estratégico. Un estudio de Boston Consulting Group (BCG) muestra que solo el 47 % de las fusiones y adquisiciones realmente crean valor sostenido.
  4. Exceso de confianza en el CEO: WeWork y Sears prolongaron liderazgos incapaces de adaptarse a los cambios de entorno. Spencer Stuart (2024) señala que la falta de planes de sucesión es uno de los mayores riesgos para la resiliencia de los directorios.

¿Y en Chile?

Aunque estos casos son internacionales, los mismos errores pueden repetirse en empresas chilenas. Por eso, los directorios deben:

  • Observar con atención los cambios tecnológicos y sus impactos estratégicos.
  • Asegurarse de que el CEO tenga las capacidades necesarias para el futuro, no solo para replicar éxitos del pasado.
  • Fomentar una gobernanza que combine anticipación y renovación, evitando la inercia.

En tiempos de disrupción, el peor error no es equivocarse: es no ver venir el cambio.